martes, 19 de mayo de 2009

Recuerdos y trascendencia.

Nota:La siguiente entrada pertenece al primer blog que tuve, básicamente un diario personal que no tiene nada que ver con el tono del actual. Esta entrada fue redactada el 28 de Agosto del 2007, verano en el cual un servidor estuvo trabajanod como conserje en una comunidad de vecinos.

Pronto mi emulación del Vengador Toxico llegara a su fin (de verdad, con ansias lo espero, por que la gente de esta comunidad es mas guarra que un grupo de gremlins viendo una película de Nacho Vidal en el cine). No obstante, guardare cierta experiencia en mi memoria, debido a su alto contenido reflexivo.
Una de esas tardes, en que un servidor había acabado de realizar ya su ronda de limpieza y mantenimiento, estaba tan tranquilo repasando temario para septiembre, cuando hizo acto de aparición una vecina. Esa mujer, era una octogenaria que dependía de una mujer procedente de guinea ecuatorial (de una obesidad acorde a su bondad), debido a que era victima del alzheimer.
La cuidadora (quien, aunque veo con frecuencia cuando saca a esta mujer a pasear, nunca me ha dicho su nombre) me hizo, por unos minutos, responsable de la anciana, postrada en una silla de ruedas.
Durante aquellos minutos, me la quede mirando, contemplando su expresión de esfuerzo sempiterno, como si quisiera recordar lo que su mal le ha arrebatado, articulando palabras apenas inteligibles en un murmullo que de tanto en tanto se convertía en una frase con un mínimo de significado sintáctico.
Intente entablar algo de conversación con ella, tan solo para comprobar su estado, la verdad es que tan solo me respondió con coherencia la simple pregunta: "¿Como esta Vd.?".
Después de que la criada se la llevara, me quede un buen rato pensando, dolorido, como una persona puede perder todo lo que importa, toda su vida, y convertirse en una parodia de humanidad.¿Donde habían ido a parar los sueños, recuerdos, ambiciones, deseos,esperanzas...?,¿había alguien, a parte de su familia, que lamentara la perdida?, ¿había dejado algo detrás suyo, a parte de sus hijos, para que el resto de la gente la recordara?.
Todas estas cuestiones, y otras mas finalmente las acabe aplicando a mi mismo, y empece a desempolvar todas las vivencias posibles, y en especial, aquellas personas que habían formado parte de mi vida en algún punto concreto del tiempo, aquellos locales donde me reunía con ellos. Un día, queriendo comprobar que impacto tuve en alguien que conocí anteriormente, decidí visitar a una ex-compañera de mis tiempos de bachiller nocturno.
La chica, que se llama Mireya Medina, era por aquel entonces una de esas pelirrojas repletas de pecas fuente de fantasías sexuales de sus compañeros (y compañeras). Cuando me abrió la puerta de su casa, sin previo aviso, sin saber que iba a visitarla después de tres años, me encontré con una Mireya digna de la raza de los Hut.
La pelirroja que había hecho a mas de uno suspirar por cabalgar sus carnes, ahora era tan solo una caricatura abotargada de si misma, la cual, con una expresión de confusión, intentaba recordar quien era ese chico en frente de su puerta.
Mireya ni tan siquiera recordaba cual fue el instituto o colegio donde me había conocido (o hizo ver que no lo recordaba, pues su novio estaba presente), y tras un breve cruce de palabras, me presento a una mole, sacada de alguna road movie (pues parecía un camionero canadiense), al cual estuve a punto de preguntar de que Reino Ogro procedía.
Esto me supuso en parte un ejemplo de que, aunque hayamos aconsejado a alguien, y ayudado en un momento de duda, a lo mejor este no nos corresponderá recordándonos cuando las vidas de cada uno tomen vías distintas.
Pensé en toda esa gente que si yo recordaba, toda esa gente que para mi, tanto por los buenos tiempos que había pasado con ellos, como por los consejos y experiencias que compartieron conmigo, habían sido importantes y que por lo tanto, yo sigo recordando. Ahora todos los locales donde conocí a esa gente, son ahora otro tipo de negocio, y esas personas una vez estos desaparecieron, se dispersaron, perdiendo progresivamente el contacto (primero, llaman y quedas, luego, es una cara mas en la calle...). ¿Que fue de esa gente que conoci en la Joso, en la Ludo Hobbies, en el Net Center, en el Follet Verd, en la Aleph, en la Goblyn, en L ´Espai, el Sorginiak...?, ¿les tratabe bien la vida, han cumplido sus objetivos o se han quedado por el camino, siguen siendo los mismos o han cambiado por completo?.
A algunos los sigo viendo, a otros e coincidido con ellos en lugares como el tren o en la calle, pero sin embargo, se que la amistad no es para siempre, y que yo seré un vago recuerdo (o tan siquiera eso) en sus mentes.
Así, que finalmente, me puse a pensar si lo que yo hago, si lo que yo soy, es útil para mi, para mi familia, para mis amigos, para mi ciudad...para la sociedad. Y con esto no me refiero a mi carrera, si no al conjunto de acciones que llevo a cabo durante le transcurso del día.

1 comentario:

  1. Muy interesante Fan. Yo personalmente también me he cruzado con mucha gente, pero creo que lo importante, más allá de que luego te recuerden o te dejen de recordar, es ser fiel a uno mismo. Fiel a uno mismo, hacer lo que uno cree correcto -porque al fin y al cabo que otro criterio tenemos que no sea el nuestro- y seguir hacia adelante con la cabeza alta. Y quien quiera venir, bienvenido, y quien se vaya, que tenga buen periplo y que nos encontremos de nuevo algún día para quizás conocernos.

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