domingo, 22 de agosto de 2010

"Are you in pictures?".

"En Hollywood, se cae hacia arriba".
-Kevin Smith.

En mundo del cine es quizás uno de esos terrenos que mas quimeras relacionadas con el éxito a generado. Nuestra cultura popular depende en gran mesura del medio audio visual, prueba de ello es la apatía mostrada ante el medio escrito des de la introducción de este medio al gran publico el pasado siglo. No obstante, detrás del glamour de las grandes estrellas, los intimidatorios despliegues de medios de los estudios y los faros que son los directores, hay una crónica del fracaso que se ha hecho vislumbrar al publico en contadas ocasiones por parte de aquellos que viven dentro de este microcosmos.
La citación realizada al principio de esta entrada esta extraída de una conferencia universitaria llevada a cabo por el director independiente Kevin Smith, donde en cierto punto, tras una pregunta relacionada con un proyecto truncado de Hollywood, el cineasta y guionista relata una anécdota estremecedora a la par que hilarante sobre el proceso de creación de un film de gran presupuesto para uno de los grandes estudios.



El visionado de este vídeo se complementa muy bien con otros tres films sobre la materia, El crepúsculo de los dioses (Sunset Boulevard. Billy Wilder; 1950), Barton Fink (Joel y Ethan Coen; 1991) y Ed Wood (Tim Burton; 1994).
Cada una de estas películas nos ofrece un ejemplo diferente de perdedor producido o atraído por la picadora de carne que es la Meca del cine. En la cinta de Wilder, asistimos como un escritor por encargo tiene un encontronazo con un juguete roto de la era primigenia, Norma Desmond, encarnación del triunfador quemado o el nostálgico del éxito.
La figura de Desmond se muestra como una de las muchas actrices y actores que no dieron el paso al cine sonoro por falta de un verdadero talento interpretativo, en conjunción a el cáncer emocional que supone el ser una figura mediática asociada al mundo del espectáculo. Así, la ficticia actriz, vive una realidad virtual donde sigue aguardando el momento a que llegue la diosa Nike de nuevo, en forma de guión escrito por ella misma (que el espectador aprecia, junto al protagonista, como un ejercicio de masturbación mas que uno narrativo) y posteriormente en forma de llamada (para solicitarle el préstamo de su limusina de época).
Desmond es un muerto viviente, y el escenario donde transcurre gran parte de la acción de la cinta (su mansión) es un símbolo de su condición. La vivienda se nos muestra en proceso de abandono y su interior evoca los primeros films de terror de la Universal, y cuando el personaje de William Holden se percata de ello, se convierte en un carroñero de este cuerpo en descomposición.

En la cinta de los hermanos Coen, asistimos como el canto de sirena de Hollywood se adueña de un lamentable dramaturgo y escritor, que debido a una obra teatral considerada el sabor de la temporada, se vera atrapado en un infierno de introspección. El personaje de Turturro es la encarnación perfecta de todo escritor por encargo que mora por las bares de Los Angeles, intentado trabajar sin apenas documentación o inspiración en algún guión que pueda vender o entregar a tiempo para cobrar a fin de mes. La relación de Fink con el productor Jack Lipnick es casi propia de la fabula del traje del Emperador y bien se podría comparar con el caso de Kevin Smith expuesto anteriormente. Hasta cierto punto, Fink sufre en sus carnes una versión grotesca e histérica del rapto de Odiseo por parte de la hechicera Circe, donde los hombres no son convertidos en animales sino en criminales, donde la Obra maestra es su ítaca. Por desgracia, el trato propio de Fausto de Fink lo condenara a una vida de anonimato cuando no cumpla las expectativas o intereses de su amo y señor.

Por ultimo, Ed Wood, la encarnación del ciervo deslumbrado por los faros del Cine, hombre de dudosa cordura que con su mantra "Tan solo quiero contar historias" es victima de un autoengaño aun mas grande que el del personaje de la cinta de los Coen. Cual insecto atraído por una trampa fluorescente, se dirige hacia una catastrófica apoteosis como el peor director de la historia del cine, arrastrando consigo a una serie de individuos grotescos que ven en el mundo del celuloide la salvación a su patética condición. La posibilidad de que un individuo como Ed pueda llegar tan siquiera a tocar una cámara se origina ante la necesidad de un mercado y no ante las consecuencias para el medio que puede tener su producción intelectual, infecto vomito de la literatura pulp de dudosa calidad de la época.

Volviendo al principio de la entrada, Smith en su discurso nos ofrece un soporte ante la duda que puedan despertar las ideas que hayan inducido a la creación de estas cintas, otras o tantas obras escritas o propias del documental que tantos consideran mas propias de la habladurías que de hechos sólidos (aunque podemos poner por caso la cinta de Burton ,la cual es una suerte de biopic).
Recuerden esto cuando vaya a ver la ultima gran superproducción , Hollywood no es ni mucho menos la tierra donde se aposenta la fuente de Apolo, sino mas bien una inmensa olla hirviendo que de en tanto en cuanto puede llegar a originar algún caldo degustable.